Steven Johnson: «La piratería fue una empresa libertaria»
El tópico «se lee como una novela» se cumple en «Un pirata contra el capital» (Turner), de Steven Johnson, que analiza los albores de la economía global a través de la peripecia del pirata Henry Every
Por: Manuela Lucena Giraldo - 15/10/2020
Steven Johnson (Washington, 1968) es un historiador peculiar, poseído a un tiempo por una curiosidad global y un talento narrativo fuera de lo común. Si la manida frase «se lee como si fuera una novela» aplicada a libros de Historia quiere decir algo, su última obra, Un pirata contra el capital, la cumple a cabalidad. Es un placer y una aventura transitar sus páginas. Al revés, la frase también es aplicable. Muchos novelistas deberían leer este libro, tomar nota de lo que cuenta y cómo lo cuenta, tras documentarse como corresponde. Por eso también «se lee como si fuera una historia».
En primer lugar, no deja de sorprender
la movilidad geográfica de los protagonistas de su libro y en especial de Henry
Every, que en 1695 se hallaba en la India y decidió de repente trasladarse a
las islas Bahamas, en pleno Caribe, como si fuera lo más fácil del mundo.
Estamos ante un pasado interconectado. La globalización que nos cuenta resulta
muy antigua.
En efecto, ese es uno de los elementos de la historia que me apasionó. Se trata de un evento verdaderamente global, acontece en cuatro continentes. Encuentro fascinante que ocurriera así y el hecho de que ese tipo de interconexiones globales entonces resultaran novedosas me parece apasionante. Cien años antes no veo cómo el gobierno inglés hubiera podido emprender una verdadera caza al hombre como la que intentó con Every, aunque fracasó en el intento. En 1600 carecía de una red de establecimientos coloniales. De ahí que el libro se ocupe de los primeros tiempos de la economía global.
Es muy interesante su visión de
las ciudades marítimas cosmopolitas, que considera ajenas a los límites que
afectaban a los imperios continentales terrestres. Hay párrafos que recuerdan
las ideas de Adam Smith, autor de la «Riqueza de las naciones» (1776) y uno de
los padres fundadores del capitalismo global, cuando mencionaba el paso del
cabo de Buena Esperanza hacia el océano Índico y el descubrimiento de América
como hechos capitales en la historia de la humanidad.
No estoy muy seguro de lo que pensaba Adam
Smith, pero ciertamente el mar era un espacio de experimentación, el lugar en
que cualquiera podía forjarse una nueva identidad personal. O cambiar la vida
de arriba abajo, hacerse pirata y probar suerte. También era donde se fraguaban
las nuevas experiencias empresariales, caso de los llamados «artículos del
contrato» que firmaban los tripulantes de barcos piratas antes de partir en
busca de aventuras. En ese momento, eran las instituciones económicas más
libertarias sobre la faz de la tierra. Poseían esquemas de reparto igualitario
de beneficios y prácticas de democracia representativa. Si alguno de los
piratas resultaba herido, quedaba protegido por un seguro. Todos esos esquemas
se pudieron desarrollar de modo mucho más fácil en el mar que en la tierra.
«El mar
era espacio de experimentación, el lugar en que cualquiera podía forjarse una
nueva identidad personal»
No hay historia sin fuentes.
¿Cómo desarrolló su investigación?
Los crímenes de Henry Every fueron tan escandalosos que los archivos están llenos de informes detallados del viaje del navío Fancy y de los esfuerzos de las autoridades por llevar a los piratas ante la justicia. Pero mi verdadera «mina de oro» documental fueron los papeles del juicio al que fueron sometidos los compañeros de Every en Londres. Como el gobierno inglés a comienzos del siglo XVIII estaba intentando desembarazarse de su imagen favorable a la piratería, buscó un editor proclive a publicar una transcripción del juicio. El objetivo era que la opinión publica rechazara sus crímenes. Pude hacerme con ella y contiene no solo las palabras pronunciadas en el juicio, sino relatos de los eventos fundamentales de la historia, incluso los diálogos exactos que tuvieron lugar. Como historiador, tuve una rara oportunidad. Pude hacer referencia exacta a conversaciones acontecidas hace más de trescientos años. En ellas, aludían a hechos cruciales de la trama: el motín, el ataque, el juicio. Todo con una calidad casi de imagen en movimiento.
El imperio español y, en
particular, La Coruña, resultan fundamentales para la historia que cuenta. Allí
anclaron los barcos largo tiempo, mientras llegaba un supuesto permiso para
hacer contrabando.
En efecto, España es importante en la historia, de modo tangencial y si se quiere inesperado. Every y sus tripulantes tuvieron que esperar en La Coruña los documentos que les iban a facilitar, se suponía, un desembarco comercial privilegiado en las Indias españolas. Como no llegaron, empezaron a tramar un motín y, en última instancia, se hicieron piratas de los mares.
«La
piratería es violencia no solo por la tortura y las matanzas, sino por las duras
condiciones de la vida en el barco»
En su libro, la violencia está
en el centro de la vida humana. La cantidad de violencia es increíble. Barcos,
ciudades, familias, empresas... todo está inundado de violencia.
Es cierto. Me preocupó mucho transmitir a los lectores las durísimas condiciones de la vida en una embarcación pirata como el Fancy. No me refiero solo a los episodios de violencia extrema, asaltos, torturas y matanzas, sino a los largos meses que pasaba en el mar una multitud de gente en un barco con mínimo espacio, alimentada con comida nauseabunda. Hay que pensar, además, que habían elegido ese estilo de vida, caracterizado por el riesgo de muerte súbita o el descuartizamiento. Ciertamente, el mar era uno de los pocos espacios abiertos a la movilidad social para quien quería progresar en la vida. Pagaban ese precio.
A la vista de algunos
personajes, ¿qué papel considera tuvieron las mujeres en la expansión europea
en general y el comienzo del imperio británico en particular? ¿Es una historia
que espera ser contada?
Muchos de los personajes principales son hombres, pero hay una princesa de la India que tuvo un rol crucial. Fue capturada durante el crimen más execrable perpetrado por Every. Mientras escribía el libro me di cuenta de la importancia que tenía, de lo poco que sabemos de ella y me pregunté cómo era su vida y cómo quedó truncada. Resulta central en los sucesos que estudio y también constituye un misterio. Pensé en conjeturar sobre ella. Su historia, al menos en parte, espera ser mejor conocida.
Posee una poderosa narrativa y
aborda múltiples puntos de vista. Hay partes del libro que parecen capítulos de
una teleserie. ¿Tiene algún proyecto al respecto?
Me alegro de que se diera cuenta. De manera deliberada estructuré el libro como una sucesión de capítulos cortos, mientras nos paseamos a un lado y otro del globo. El objetivo fue que el lector experimentara una historia en movimiento que se despliega en diferentes geografías. Ha habido algún interés por parte de productoras de cine y televisión. Nada definitivo por ahora. Todo se mueve muy despacio en Hollywood.
Quedé fascinado por la
explicación sobre el origen de la artillería y los cañones de los barcos. Es
una gran idea asociar la tecnología a la historia global.
En otros libros míos, como los que dediqué al cólera, la innovación y los juegos, conté sus historias desde diferentes perspectivas. A veces las decisiones las toman individuos. Otras, grupos pequeños de personas. O existen fuerzas impersonales, las que produjeron la tecnología del cañón o desarrollaron la prensa popular masiva. Los análisis históricos más precisos deben abordar los diferentes niveles de la experiencia humana.
¿Cuál será su próximo libro?
Deberá salir a mediados de 2021 y me ocupo de lo más importante que le ha ocurrido a nuestra especie durante los últimos siglos. La expectativa de vida se ha duplicado. En promedio, los seres humanos desde la gripe de 1918 vivimos treinta años más. ¿Cómo puede haber ocurrido?
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