Cartagena de Indias: la muralla con la que no pudieron los piratas ingleses
Se trata de un conjunto de baterías armadas con cañones, construido en el siglo XVII, del que hoy en día quedan once kilómetros.
Ahora, la muralla combate a la contaminación y el vandalismo.
Pese a estar catalogada como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, las autoridades no actúan ante su degradación.
Desde su nacimiento fue bautizada con el fuego de piratas y corsarios. (FLICKR/Patricia Diaz)
Cartagena de Indias, la quinta ciudad de Colombia por tamaño, está situada a orillas del mar Caribe. Desde su fundación en 1533, y durante toda la época colonial española, fue uno de los puertos más importantes de América. Y eso lo sabían también los piratas ingleses.
Precisamente para protegerse de su acoso se construyeron kilómetros de fortificaciones. Durante años han sido un elemento distintivo de Cartagena de Indias. Y lo siguen siendo, pese al abandono al que están sometidas por parte de las autoridades. Lo cierto es que de la época colonial española procede la mayor parte de su patrimonio artístico y cultural.
Construida entre 1602 y 1616
Desde su nacimiento Cartagena de Indias fue bautizada con el fuego de piratas y corsarios, como el legendario Sir Francis Drake, quienes se empeñaron durante siglos en intentar conquistar uno de los centros urbanos coloniales mejor conservados de América Latina.
Para mantener a raya a los invasores, la colonia española construyó entre 1602 y 1616 un conjunto de baterías armadas con cañones, del que hoy en día solo quedan once kilómetros debido a que gran parte se demolió durante el proceso de expansión que experimentó la ciudad a finales del siglo XIX y comienzos del XX.
Ahora, la muralla combate a la contaminación y el vandalismo, los peores enemigos para la conservación de esta colosal obra defensiva, catalogada como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1984.
La colonia española construyó entre 1602 y 1616 este conjunto de baterías armadas con cañones. (FLICKR/LUZA)
Coches, aves y lluvia ácida
La cercanía del tráfico de vehículos, los excrementos de aves y el desarrollo urbanístico son algunos de los factores que han puesto en jaque la muralla. La contaminación producida por el humo de los automóviles se acumula sobre la piedra, en forma de bacterias, hasta formar una costra negra. Además, el tráfico genera vibraciones que alteran el equilibrio estático del edificio.
A ello se suman problemas medioambientales, como la lluvia ácida o los excrementos de animales, que carcomen la piedra. Además, debido al proceso de urbanización que ha vivido la ciudad, en algunos puntos la base de la muralla se encuentra enterrada hasta dos metros bajo tierra.
La Sociedad de Mejoras Públicas de Cartagena dispone de un presupuesto anual de 844.500 dólares para la conservación de la muralla, una cifra insuficiente para realizar mantenimientos periódicos, por lo que esos fondos se ejecutan por orden de prioridad, atendiendo a los daños más urgentes. Y la alcaldesa de Cartagena, Judith Pinedo, da la callada por respuesta.
Vista nocturna de la Muralla de la ciudad. (FLICKR/Carlos Adampol)
Lo imprescindible en Cartagena de Indias
Además de la fortaleza española contruida para proteger la ciudad del asedio de los piratas, la ciudad contiene otros muchos tesoros, como su misma entrada, la entrada principal al centro histórico, que es la Torre del Reloj o Boca del Puente, construida sobre la muralla en el siglo XIX.
Dentro de la Ciudad Amurallada destacan la Plaza de los Coches, rodeada de casonas coloniales; la Casa del Marquez del Premio Real, la Casa de la Aduana, la Iglesia y el Convento de San Pedro, construida en el siglo XVII.
Allí también se encuentran el actual edificio de la Alcaldía Mayor, la Casa de la Inquisición, el Museo del Oro y el Museo de Arte Moderno.
También es recomendable visitar el barrio Getsemaní y el Muelle de los Pegasos.
Hoy en día solo quedan once kilómetros de muralla. (FLICKR/anfoc)
Fonte: http://www.20minutos.es/noticia/1144717/0/cartagena-de-indias/muralla/piratas/ (30/08/2011)
Ahora, la muralla combate a la contaminación y el vandalismo.
Pese a estar catalogada como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, las autoridades no actúan ante su degradación.
Desde su nacimiento fue bautizada con el fuego de piratas y corsarios. (FLICKR/Patricia Diaz)
Cartagena de Indias, la quinta ciudad de Colombia por tamaño, está situada a orillas del mar Caribe. Desde su fundación en 1533, y durante toda la época colonial española, fue uno de los puertos más importantes de América. Y eso lo sabían también los piratas ingleses.
Precisamente para protegerse de su acoso se construyeron kilómetros de fortificaciones. Durante años han sido un elemento distintivo de Cartagena de Indias. Y lo siguen siendo, pese al abandono al que están sometidas por parte de las autoridades. Lo cierto es que de la época colonial española procede la mayor parte de su patrimonio artístico y cultural.
Construida entre 1602 y 1616
Desde su nacimiento Cartagena de Indias fue bautizada con el fuego de piratas y corsarios, como el legendario Sir Francis Drake, quienes se empeñaron durante siglos en intentar conquistar uno de los centros urbanos coloniales mejor conservados de América Latina.
Para mantener a raya a los invasores, la colonia española construyó entre 1602 y 1616 un conjunto de baterías armadas con cañones, del que hoy en día solo quedan once kilómetros debido a que gran parte se demolió durante el proceso de expansión que experimentó la ciudad a finales del siglo XIX y comienzos del XX.
Ahora, la muralla combate a la contaminación y el vandalismo, los peores enemigos para la conservación de esta colosal obra defensiva, catalogada como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1984.
La colonia española construyó entre 1602 y 1616 este conjunto de baterías armadas con cañones. (FLICKR/LUZA)
Coches, aves y lluvia ácida
La cercanía del tráfico de vehículos, los excrementos de aves y el desarrollo urbanístico son algunos de los factores que han puesto en jaque la muralla. La contaminación producida por el humo de los automóviles se acumula sobre la piedra, en forma de bacterias, hasta formar una costra negra. Además, el tráfico genera vibraciones que alteran el equilibrio estático del edificio.
A ello se suman problemas medioambientales, como la lluvia ácida o los excrementos de animales, que carcomen la piedra. Además, debido al proceso de urbanización que ha vivido la ciudad, en algunos puntos la base de la muralla se encuentra enterrada hasta dos metros bajo tierra.
La Sociedad de Mejoras Públicas de Cartagena dispone de un presupuesto anual de 844.500 dólares para la conservación de la muralla, una cifra insuficiente para realizar mantenimientos periódicos, por lo que esos fondos se ejecutan por orden de prioridad, atendiendo a los daños más urgentes. Y la alcaldesa de Cartagena, Judith Pinedo, da la callada por respuesta.
Vista nocturna de la Muralla de la ciudad. (FLICKR/Carlos Adampol)
Lo imprescindible en Cartagena de Indias
Además de la fortaleza española contruida para proteger la ciudad del asedio de los piratas, la ciudad contiene otros muchos tesoros, como su misma entrada, la entrada principal al centro histórico, que es la Torre del Reloj o Boca del Puente, construida sobre la muralla en el siglo XIX.
Dentro de la Ciudad Amurallada destacan la Plaza de los Coches, rodeada de casonas coloniales; la Casa del Marquez del Premio Real, la Casa de la Aduana, la Iglesia y el Convento de San Pedro, construida en el siglo XVII.
Allí también se encuentran el actual edificio de la Alcaldía Mayor, la Casa de la Inquisición, el Museo del Oro y el Museo de Arte Moderno.
También es recomendable visitar el barrio Getsemaní y el Muelle de los Pegasos.
Hoy en día solo quedan once kilómetros de muralla. (FLICKR/anfoc)
Fonte: http://www.20minutos.es/noticia/1144717/0/cartagena-de-indias/muralla/piratas/ (30/08/2011)
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