Vida en alto mar a la caza de los piratas somalíes.

Jose Miguel Calatayud Nairobi, 23 jul (EFE).- Eduardo Armada, un joven cartagenero de 32 años, lleva más de cuatro meses a bordo de un buque de guerra sueco en busca de piratas somalíes.

Armada es un oficial de la misión Atalanta de la fuerza naval europea EU NAVFOR, que patrulla las aguas del Índico para proteger a barcos comerciales y humanitarios del ataque de piratas.

Este militar español cuenta a Efe por correo electrónico desde el navío "Carlskrona" que "me ofrecí voluntario para esta misión porque siempre me ha parecido interesante participar en misiones internacionales como ésta, en un barco extranjero donde puedes ver cómo trabaja gente de otros países".

El "Carlskrona" es el actual buque insignia y cuartel general de la misión europea y "a bordo hay 150 personas de dotación, todos suecos, y 39 de 'staff', que es el grupo que dirige la Atalanta y en el que unos 20 somos de otras nacionalidades". Armada, cuyo rango es el de teniente de navío y que lleva a bordo desde el 20 de marzo, es el oficial de operaciones aéreas de la Atalanta y se encarga de "todo lo relacionado con los helicópteros de los barcos y los aviones de patrulla marítima destacados en Yibuti, las Seychelles y Mombasa".

"Día a día les voy diciendo adónde nos interesa que vuelen y qué misiones deben realizar", cuenta este marino español, casado y padre de dos hijos y cuyo apellido no podría ser más adecuado, ya que "ingresé en la academia naval militar por tradición familiar, mis dos abuelos y multitud de familiares pertenecen a la armada y al ejército".

A bordo del "Carlskrona" todos se comunican en inglés y se trabaja duro en "jornadas de 24 horas, pues en todo momento pueden pasar cosas que requieran una decisión por parte del 'staff', o incluso un ataque a un mercante por parte de piratas". Aunque el buque sueco no se ha enfrentado directamente con ellos, "otros barcos bajo nuestro mando sí han tenido contacto con piratas y han evitado que secuestraran a mercantes en más de una ocasión".

En un día normal los marinos se levantan a las 7 y tienen hasta las 8 para desayunar, después hay una serie de reuniones "en las que se planea el día y se toman las decisiones sobre dónde situar las unidades o en qué zonas hay más peligro para los barcos mercantes".

La comida es de 11 a 12 y media, "un poco temprano para mi gusto, y por la tarde más trabajo hasta las 6, cuando le contamos al almirante todo lo sucedido durante el día y las decisiones tomadas".

A partir de ese momento, "cuando no estás de guardia aprovechas para ver una película o ir al gimnasio o a la sauna o cualquier otra cosa que te permita desconectar un poco".

Y es que no todo es trabajo, el ambiente es distendido e incluso hay ocasión para las bromas, "como la que le gastamos al encargado de organizar las escoltas, un día que él estaba en puerto, en la playa, y le llamamos al móvil haciéndonos pasar por el capitán de un barco y le dijimos que dónde estaba nuestra escolta, que no teníamos a nadie y se nos estaban acercando piratas".

"Los que estaban con él en la playa nos dijeron que su puso pálido y que tardó casi cinco minutos en recuperarse de la impresión", cuenta Armada entre risas. Además, "la verdad es que la comida abordo es una maravilla, tenemos unos chefs que son de lo mejor y que cada día cambian el menú, incluyendo platos típicos de los países del personal no sueco".

De hecho, este español cuenta que "cuando hicieron paella, me llamaron a la cocina para que probara unas cuantas muestras y les dijera cuál era la más parecida a la española".

"El problema es que aquí se usa mucho la comida restante del día anterior y en la paella habían mezclado carne, verduras y marisco, por lo que era más bien revuelto de paella que otra cosa, pero lo que cuenta es la intención y la vez siguiente ya sí que siguieron mis instrucciones".

Más o menos cada dos semanas el "Carlskrona" se dirige a puerto y los marinos aprovechan según el lugar, "en Mombasa fuimos de safari, en las Seychelles hacemos excursiones y vamos a la playa".

Cuando están en puerto y como cualquier otro grupo de amigos, "a veces quedamos para cenar y salimos a tomar unas copas, aunque depende del sitio ya que algunos no son muy recomendables para estar por ahí de noche".

Además, Armada y sus compañeros pueden hablar con sus amigos y familiares en Europa a diario, "ya que tenemos teléfonos y conexiones a internet disponibles y sin restricciones", aunque lo de volver a casa y ver a los seres queridos no es tan fácil.

"¿Vacaciones? "yo voy a estar aquí cinco meses, del 20 de marzo al 15 de agosto sin volver a España, pero bueno, es algo común".

Un día antes, el 14 de agosto, el "Carlskrona" pasará el mando de la Atalanta a los franceses y Armada volverá a casa "y entonces sí que me iré de vacaciones y luego ya veremos, a ver qué surge en el trabajo aunque quizá me vaya otra vez de navegación".

Fonte: www.abc.es/agencias/ (31/07/2010)

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