Guanahacabibes, otrora guarida de corsarios y piratas en Cuba

Por Adalys Pilar Mireles

Pinar del Río, Cuba, Muy frecuentada por corsarios y piratas en los siglos XVI, XVII y XVIII, la península de Guanahacabibes atesora abundantes vestigios de la presencia de esos navegantes en el extremo occidental de Cuba.

En la apartada demarcación existe más de un centenar de sitios donde ocurrieron naufragios de filibusteros y de otros marinos, aseguran investigadores.

Además de los restos de embarcaciones encontradas en sus playas, en las profundidades se conservan evidencias de esos accidentes, provocados por las difíciles condiciones de acceso a la zona y los frecuentes combates mar adentro.

La extensa llanura cársica, casi a las puertas del golfo de México, era visitada asiduamente por marineros de diversas nacionalidades durante sus travesías por la región.

En el paraje algunos ocultaron tesoros y bautizaron con sus nombres muchos de estos emplazamientos.

La toponimia de la península da fe de su estancia en ese lugar, el más visitado del país antillano por los aventureros del corso y la piratería, quienes llegaban a esos predios para evadir ciclones, ocultar cargamentos y reabastecer sus naves.

Cabo Francés, Punta del Holandés, el Farallón del Inglés y Cueva del Pirata, son algunas de las huellas de su permanencia en esa localidad salpicada por el diente de perro.

Entre los visitantes más conocidos sobresale John Hawkins, considerado uno de los pioneros de la piratería inglesa, quien se refugió en la planicie para reparar su embarcación tras sufrir los azotes de una tormenta, revelan apuntes históricos.

Francis Drake fue avistado también por los vigías de ese emplazamiento en varias oportunidades, la primera de ellas en 1586.

Desde sus dunas algunos contrabandistas conocidos como "piratas de tierra" desorientaban a las tripulaciones con el fin de provocar el hundimiento de los barcos y facilitar el saqueo de sus botines, comentó a Prensa Latina el historiador Enrique Giniebra.

Declarada Reserva de la Biosfera, en las playas de la península anidan tres de las siete especies de tortugas marinas que existen en el orbe.

Además de sus valores naturales, Guanahacabibes posee otro rico patrimonio y es su inmensa tradición oral, preservada por los habitantes de esta tierra que hace guiños al tiempo entre leyendas y revelaciones.

arc/AP

Fonte: http://www.prensa-latina.cu/index.php?option=com_content&task=view&id=273984&Itemid=1 (22/03/2011)

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