Camposanto pirata en sa Conillera

Foto: Una de las tumbas desenterradas en el islote de sa Conillera a cuyo cuerpo le falta la cabeza. Posidònia S. L.

Una excavación arqueológica realizada en el islote ha puesto al descubierto algunas tumbas con esqueletos del siglo XVI

Cuenta la leyenda que el general cartaginés Aníbal Barca nació en el islote de sa Conillera, pero los arqueólogos María José Escandell y Ricard Marlasca han hallado evidencias de que al menos allí se han vivido historias de piratas. La excavación que se ha hecho en el islote después de que una técnica de Medio Ambiente hallara la osamenta de una mandíbula ha puesto al descubierto tres tumbas, dos de ellas con los cuerpos completos (a uno le falta la cabeza) y con signos de violencia: balazos y cortes de espada. La prueba del carbono 14 realizada en Miami ubica cronológicamente los huesos en el siglo XVI y se cree que podrían ser de saqueadores.

IBIZA | EUGENIO RODRÍGUEZ

Virginia Picorelli, técnica de la conselleria balear de Medio Ambiente, acudía como tantas otras veces a la isla de sa Conillera acompañando en una visita guiada a un grupo de personas cuando, poco antes de subir a la barca de vuelta, se encontró en el suelo la osamenta de una mandíbula. «Al principio no sabíamos si era de un animal o una persona, pero luego vimos claramente que era de una persona», recuerda Picorelli. Era el 17 de enero de 2009, la fecha en que cinco siglos después, se descubriría la huella que los piratas dejaron en el islote.

Lo primero que hizo la conselleria de Medio Ambiente fue denunciar el hallazgo en el juzgado. En febrero agentes de la Guardia Civil y un forense acudieron al islote acompañados por un arqueólogo para comprobar si se trataba de huesos antiguos o recientes. Al constatarse que se trataban de restos de un cadáver de edad antigua, la conselleria decidió llevar a cabo una excavación arqueológica, que se llevó a cabo poco antes del pasado verano.

Los arqueólogos María José Escandell y Ricard Marlasca, de Posidònia S.L., se pusieron manos a la obra y, aparte de la disposición caótica de huesos hallada cerca de la zona donde apareció la mandíbula junto a otros restos (en la zona de un torrente), desenterraron otras dos tumbas más con los esqueletos completos (a uno le faltaba la cabeza) así como los vestigios de una cremación, en la que aparecieron pequeños trozos de huesos.

Incursiones corsarias en el XVI
De entrada, la presencia en el islote de las tumbas, cubiertas con losas de piedras, y el hecho de que a uno de los cadáveres le faltara la cabeza resultó algo extraño para los arqueólogos. Tampoco hallaron en las fosas ningún vestigio de los muertos: ni un trozo de ropa ni ningún elemento para poder asociarlos a un momento histórico concreto. Ante la falta de información, los arqueólogos optaron por enviar los restos a Miami para que fueran sometidos a la prueba del carbono 14. Los especialistas ubicaron los huesos cronológicamente en el siglo XVI, la época en que se produjeron constantes saqueos piratas en la isla. El arqueólogo Ricard Marlasca explica que en este periodo se han documentado dos ataques de importancia, aunque cree que hubo muchos más.

Dichos datos tampoco eran suficientes, aunque sí indicativos, para que los arqueólogos consideraran que tenían entre manos una historia de piratas. Para obtener más información de las personas que fueron sepultadas en sa Conillera, Escandell y Marlasca llevaron a cabo un estudio antropológico de los restos. De este análisis se desprende que los cadáveres enterrados en el islote situado frente a Platjes de Comte y la Punta d´en Rovira no tuvieron una muerte placentera, sino más bien todo lo contrario. Los arqueólogos hallaron incrustada en una vértebra de uno de los cuerpos una bala de plomo procedente de un trabuco.

Múltiples cortes en la cabeza
También descubrieron diversidad de orificios de bala en la pelvis de otro de los cuerpos, aparte de infinidad de cortes, de algún elemento cortante como una espada, en la cabeza. «Parece que se ensañaron con uno de ellos», explica Marlasca, quien asegura que aún se debe profundizar más en este estudio. Con todo este puzzle de piezas históricas, los arqueólogos manejan como hipótesis que se trata de los cadáveres de unos corsarios que fallecieron en batalla durante uno de los saqueos y que, en lugar de ser lanzados al mar, recibieron sepultura en el islote. La conselleria de Medio Ambiente tiene previsto divulgar los detalles de este descubrimiento en una conferencia el próximo 15 de abril, con el título de ´Historia de piratas´.

Fonte: http://www.diariodeibiza.es/pitiuses-balears/2011/02/20/camposanto-pirata-sa-conillera/464776.html (20/02/2011)

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